Nuestro primer (y último) libro

 

Es poco probable, pero no así imposible, que alguna persona en este mundo pueda recordar cuál fue el primer libro que cayó en sus manos. Aunque lo más seguro es que prácticamente nadie tenga la menor idea. Pudo haber sido un cuento infantil, un libro de cuentos, alguno de figuras o quizá hojeamos un libro de nuestros padres, pasando las páginas hasta sorprendernos con el separador de hojas que entonces usaban.

 

Aceleremos el tiempo, y pensemos en la escuela. Muchos lectores empedernidos suelen recordar que durante la etapa escolar no leían tanto como lo hacen de adultos. Los motivos sobran, desde el enfoque que convertía a la lectura como actividad obligatoria (controles de lectura, tareas, exposiciones), al limitado abanico de opciones que teníamos por el motivo que fuere.

 

Cuentan que en España, los chicos suelen quejarse de que siendo muy jóvenes se les hace leer a escritores antiguos como Cervantes o García Lorca, y esto les crea un rechazo por la densidad de aquellos textos. Y, en lugar de despertar su curiosidad, y posterior interés en estos maestros de la palabra, los lleva a cerrar las puertas a cualquier tipo de libro que caiga en sus manos.

 

Distracciones hubieron, hay y habrán muchas. Antes fue la radio. Luego la televisión. Hoy los dispositivos celulares y todo el entorno digital. Sin embargo, Irene Vallejo reflexiona en “El infinito en un junco” en que hay dispositivos y aparatos que fueron anunciados como los grandes avances en su momento, y que hoy no sirven más o están en un claro desuso, como por ejemplo los cassettes de VHS o los diskettes de computadoras. Los libros, más allá de novedosas y atractivas ediciones nuevas, mantienen un formato similar y se siguen apilando en los estantes de las casas de aquellas personas que, más allá de todo lo que las rodea, encuentran aún placer - o al menos calma - en el hecho de sentarse a leer.

 

Mucha gente, al ser preguntada, manifiesta que le gustaría leer más, pero que no tiene tiempo. Y el tiempo pasa y quizá aquel libro de la infancia o la escuela o de algún viaje sea el último que habrán leído. O también puede buscar alguno de nuestros libros recomendados y seguir sumando páginas a su historia como lector.