Crisol de Voces

CRISOL DE VOCES

LA ACTUALIDAD

Bienvenidos a Crisol de voces, el Blog abierto de la comunidad Crisol, que nace oportunamente con nuestra nueva web. Crisol de voces tendrá todos sus reflejos en alerta para captar las inquietudes literarias y las noticias referentes al libro y a la cultura en general. Crisol de voces es también desde ahora una tribuna dispuesta a recibir la voz de críticos, escritores, artistas y la de los lectores más acuciosos y participativos. Crisol de voces quisiera fomentar y enriquecer el debate literario y cultural en nuestro medio y mantener a sus seguidores al tanto de la actualidad internacional del vasto universo del libro. Y Crisol de voces quiere ser, en particular, la expresión contemporánea de ese “crisol de razas y culturas” que es el Perú. Crisol, al ser la casa natural del libro −que es el símbolo más cabal de lo mejor de la civilización mundial− tiene las puertas permanentemente abiertas e invita a todos a pasar.

 

FINAL DE FERIA

De una muy entusiasta acogida de público gozó la excepcional Feria del Libro del Bicentenario que se desarrolló entre el 15 de noviembre y el 1 de diciembre en el Parque Central de Miraflores. Es verdad que a diferencia de la FIL de Lima, aquí no hubo que pagar la entrada. Pero también un considerable número de expositores ha rentado stands en ella. Y que las ventas hayan alcanzado cifras nada despreciables, es reconfortante para todos en estos tiempos atípicos en que la economía es golpeada por el aún amenazante covid-19.

Ha tenido mayores proporciones que la tradicional feria “Ricardo Palma”, por supuesto. El escenario no se puede decir que sea particularmente adaptado para este tipo de eventos, pero al tratarse de uno de los puntos medulares del turismo y el comercio en nuestra capital, tiene un atractivo especial encontrar en estos paseos miraflorinos tan amplia propuesta libresca acompañada de conciertos y de actividades variopintas apuntando todas a promover la lectura y el consumo de “alimentos espirituales”.

Con más de cien expositores y una quincena de personalidades extranjeras de la literatura y el arte invitadas, sin duda esta Feria del Libro del Bicentenario se convirtió en el evento cultural más importante de 2021 en este año de conmemoración nacional. Estuvieron, entre otros, los escritores Xavier Oquendo Troncoso, de Ecuador; Claudia Aplabaza, de Chile; Socorro Venegas, de México; Homero Carvalho, de Bolivia; María Casiraghi, de Argentina; Gustavo Valle, de Venezuela, y el peruano residente en España Fernando Iwasaki. El cierre musical estuvo a cargo de la cantautora colombiana Victoria Cruz, recientemente nominada al Grammy latino.

Esperemos que esta Feria sea anunciadora de mejores tiempos para la industria del libro y que pronto la pandemia sea sólo un mal recuerdo. Y que nuestro Nobel, Mario Vargas Llosa, haya sido “inmortalizado” incorporándosele a la Académie Francaise, fundada por el Cardenal Richelieu, nada menos, sea para nosotros, peruanos, un gesto propiciatorio  de siglos mejores.

 

OTRO NOBEL PARA EL ÁFRICA

El tanzano Abdulrazak GURNAH obtuvo el premio Nobel de Literatura de este año que termina. No responde a la imagen estereotipada que suele tener el gran público de los africanos. Nacido en 1948 en Tanzania, país de la costa oriental de África, su genealogía y su raigambre responden más bien a un complejo mestizaje que a alguna etnia negra del África pétrea. Su lengua materna fue el kiswahili (o Swahili) que proviene del tronco bantú −que es la familia lingüística predominante en el África central, oriental y meridional− pero que está salpicada de aportes árabes, hindis, malayos y hasta portugueses. Esto obedece al cruce de lenguas y culturas que a través del tiempo se dio en la gran isla de Zanzíbar donde Gurnah vio la primera luz. Se piensa que el topónimo “Zanzíbar” deriva de zengi-bar, que significa “costa de negros” en la lengua de los persas, pues serían estos antiguos iraníes quiénes habrían llegado muy remotamente a ese archipiélago.

El laureado de Literatura 2021 hizo su escolaridad en la lengua del colonizador inglés en ese escenario cosmopolita y turbulento, cuando Zanzíbar estaba todavía bajo protectorado británico. Recuerda que por entonces la oferta libresca en la isla era casi inexistente. En su lengua nativa sólo había leído poemas breves y costumbristas aparecidos en diarios locales; sin embargo, muchos años después, ya como investigador en Inglaterra, descubrió textos del siglo XVII escritos en kiswahili. El universo narrativo de Gurnah se ha nutrido justamente de la memoria de su niñez y adolescencia cuando tuvo que abandonar su país de origen, con apenas 18 años,  debido a los conflictos intestinos y sangrientos entre “árabes” y africanos. En efecto, él y su familia estaban marcados por su pertenencia a la religión musulmana y a los colonizadores árabes que, hasta 1890 en que Zanzíbar se convierte en protectorado británico, habían controlado el mercado esclavista entre África, la India y Arabia: equivalente a la triangulación África, Europa y América de los esclavistas occidentales.

La Academia sueca, que siempre da razones, le ha conferido el premio “por su compenetración compasiva con el destino de los refugiados que se debaten entre los continentes y los abismos culturales, y su denuncia intransigente de los efectos del colonialismo”. Abdulrazak Gurnah, de 73 años, confiesa que comenzó a escribir concienzudamente, a los 21 años, “sobre estar en Inglaterra, o más precisamente, sobre estar en un lugar tan distinto al de mi memoria, un lugar que era suficientemente seguro por lo alejado del país que había abandonado, pero por ello comencé a llenarme de culpas y arrepentimientos incomprensibles; mientras escribía, me vi por primera vez sobrepasado por la amargura”.

El flamante Nobel, que gracias al exilio encontró también la liberación, sólo ha sido escasamente traducido al español. Tres de sus obras han sido publicadas en nuestro idioma sin mayor repercusión: “Paraíso” y “Precario silencio” fueron editadas hace ya bastante por Muchnik Editores; y más recientemente, en 2003, Poliedro publicó “En la orilla”. Hay gran expectativa en el universo hispanohablante. Sin duda, será Crisol la puerta por la que ingrese al Perú, oportunamente, este gran fabulador de esos otros mestizajes.

Julio Heredia